La semana pasada tuve la oportunidad, junto con compañeros de la UMH de Elche, de asistir a un pleno en el Congreso de los Diputados y pude apreciar la incompetencia y poco amor hacia su trabajo que tienen la gran mayoría de los diputad@s (repito una gran mayoría, no tod@s). Por lo que si tienes problemas de insomnio el lugar idóneo para recuperar horas de sueño es sin duda alguna asistir a un pleno del Congreso.Antes de pisar este lugar histórico nos avisaron de que veríamos poco personal en el pleno debido a que existen diputados especializados en temas determinados, esta advertencia la agradecimos posteriormente ya que así pudimos comprender la escasa presencia de éstos.
También previamente nos intentaron hacer ver la responsabilidad que tienen los periodistas con su trabajo. Como ejemplo nos dijeron que recientemente fotografiaron a un diputado leyendo en el congreso y esa foto estaba realizada fuera de contexto pues no había empezado la sesión plenaria, por lo que los periodistas pueden dañar la imagen de las personas y en este caso, de un partido.
Si tuviera que resumir en pocas palabras lo que yo vi en el Congreso diría hablando mal y pronto “eso es el coño de la Bernarda”. Los congresistas salían y entraban sin ningún tipo de cuidado para no molestar e interrumpir, señores !no están en el salón de su casa¡. Menos mal que se salvan algunos diputad@s los cuales sí atendían y participaban en ese espectáculo del pleno medio vacío.
Pero el gran momento llegó cuando un diputado decía en la sala: “porque estamos aquí para cambiar el sistema y ayudar a los ciudadanos, ese es nuestro trabajo, ayudar a los ciudadanos”. Mientras mi mirada se perdía en el pasatiempos que realizaba un miembro del Congreso o minutos después intenté averiguar cuál era el libro de lectura que estaba leyendo otro diputado, parecía tener más interés que lo que se estaba debatiendo.
Y de qué me asombro si navegando por internet se pueden encontrar estos titulares de años anteriores: Sancionados tres diputados por ver porno en un pleno, Marín amonesta a varios diputados por llegar tarde al pleno del Congreso y les impide intervenir en el debate .
Lo dicho, si necesitas dormir y no puedes, después de dar una vuelta por las instalaciones que merecen la pena ver junto con las agujeros del congreso provocados por los diparos de Tejero, lograrás entrar en un dulce y plácido sueño.
Interesante contrastar un secreto a voces con información de primera mano.
Aquí otro ejemplo por todos conocido:
http://daimiel.cuadernosciudadanos.net/totem/2009/07/27/-esa-gentuza-un-articulo-de-arturo-perez
PD.: Quizá yo lo hubiera resumido como “la casa de tócame Roque”, un poco menos rudo…